Quizá el cuadro más conocido de Arthur Hugues sea “El regreso del mar” (1856-1857) pintado en el exterior respetando los cánones prerrafaelitas. La obra muestra un grumete que regresa del mar, para postrarse sobre la tumba reciente de su madre. Era una adaptación del un grabado de William Hunt que apareció en el primer número de The Germ.
En el paisaje es donde se nota más la influencia de Ruskin.
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