miércoles, 12 de octubre de 2011

Mariana in the Moated Grange (1850-1851)

Obra de John Everett Millais, el que fue presidente de la Royal Academy of Art en el año 1896, el mismo año de su fallecimiento.
Millais copió para su Mariana los ventanales de la capilla de Merton College, en la universidad de Oxford.
Inspirado por el alegre colorido de los manuscritos de la Edad Media, sirvió de ilustracioón a un poema de Tennyson. La actitud fresca y desinhibida de Mariana al desperezarse le da un toque de cercanía a la composición.





Alfred Tennyson, Lord Tennyson



Mariana




With blackest moss the flower-plots
Were thickly crusted, one and all:
The rusted nails fell from the knots
That held the pear to the gable-wall.
The broken sheds look'd sad and strange:
Unlifted was the clinking latch;
Weeded and worn the ancient thatch
Upon the lonely moated grange.
She only said, 'My life is dreary,
He cometh not,' she said;
She said, 'I am aweary, aweary,
I would that I were dead!'
Her tears fell with the dews at even;
Her tears fell ere the dews were dried;
She could not look on the sweet heaven,
Either at morn or eventide.
After the flitting of the bats,
When thickest dark did trance the sky,
She drew her casement-curtain by,
And glanced athwart the glooming flats.
She only said, 'The night is dreary,
He cometh not,' she said;
She said, 'I am aweary, aweary,
I would that I were dead!'

Upon the middle of the night,
Waking she heard the night-fowl crow:
The cock sung out an hour ere light:
From the dark fen the oxen's low
Came to her: without hope of change,
In sleep she seem'd to walk forlorn,
Till cold winds woke the gray-eyed morn
About the lonely moated grange.
She only said, 'The day is dreary,
He cometh not,' she said;
She said, 'I am aweary, aweary,
I would that I were dead!'

About a stone-cast from the wall
A sluice with blacken'd waters slept,
And o'er it many, round and small,
The cluster'd marish-mosses crept.
Hard by a poplar shook alway,
All silver-green with gnarled bark:
For leagues no other tree did mark
The level waste, the rounding gray.
She only said, 'My life is dreary,
He cometh not,' she said;
She said, 'I am aweary, aweary,
I would that I were dead!'

And ever when the moon was low,
And the shrill winds were up and away,
In the white curtain, to and fro,
She saw the gusty shadow sway.
But when the moon was very low,
And wild winds bound within their cell,
The shadow of the poplar fell
Upon her bed, across her brow.
She only said, 'The night is dreary,
He cometh not,' she said;
She said, 'I am aweary, aweary,
I would that I were dead!'

All day within the dreamy house,
The doors upon their hinges creak'd;
The blue fly sung in the pane; the mouse
Behind the mouldering wainscot shriek'd,
Or from the crevice peer'd about.
Old faces glimmer'd thro' the doors,
Old footsteps trod the upper floors,
Old voices call'd her from without.
She only said, 'My life is dreary,
He cometh not,' she said;
She said, 'I am aweary, aweary,'
I would that I were dead!'

The sparrow's chirrup on the roof,
The slow clock ticking, and the sound
Which to the wooing wind aloof
The poplar made, did all confound
Her sense; but most she loathed the hour
When the thick-moted sunbeam lay
Athwart the chambers, and the day
Was sloping toward his western bower.
Then, said she, 'I am very dreary,
He will not come,' she said;
She wept, 'I am aweary, aweary,
O God, that I were dead!'

jueves, 19 de mayo de 2011

Proserpina - Dante Gabriel Rossetti



Proserpina (1873-1877)
Tate Gallery, Londres.

"Está representada en un oscuro pasillo del palacio, con el fruto fatal en la mano...
Tiene el incensario al lado, como un atributo de divinidad. La rama de hiedra del fondo...puede ser entendida como símbolo de memoria que conquista"

De una carta de D.G. Rossetti a W.A. Turner

miércoles, 30 de marzo de 2011

jueves, 10 de marzo de 2011

Los prerrafaelitas en Roma



Desde el pasado día 24 de febrero y hasta el 12 de junio del 2011 en la Galeria Nacional de Arte Moderno de Roma se ha presentado la excposición
dedicada a la relación entre el siglo XIX británico y el arte y la cultura italiana, de "el sabor de lo primitivo" hasta el siglo XVI, comenzando por los inspirados paisajes de Italia de William Turner, a través del estudio de John Ruskin en la pintura italiana, monumentos y la arquitectura.





El núcleo de la exposición en Roma incluye los prerrafaelistas Dante Gabriel Rossetti, Edward Burne-Jones y William Morris. Explora la particular versión del clasicismo operado por artistas como Frederic Leighton y representantes de la cultura estética simbolista o como Albert Moore, George F. Watts y John William Waterhouse.






Una gran ocasión para ver a Burne-Jones, Dante G. Rossetti, William Morris y otros pintores muy interesantes.


John William Waterhouse




Lord Frederic Leighton


George Frederick Watts



Albert Moore

sábado, 19 de febrero de 2011

William Holman Hunt

A converted british family sheltering a christian priest from the persecution of the druids(1850)

"Familia inglesa de conversos protegiendo de los druidas a un sacerdote cristiano" pertenece a la primera época del grupo Prerrafaelita, a cuyos objetivos originales William Holman Hunt siempre se mantuvo fiel, tiempos en que era criticado con inquina por la prensa. Las obras de Holman Hunt de una marcada finalidad moral, se caracterizaban por su escrupulosa atención al detalle. Este cuadro surgió de un concurso de la Royal Academy sobre el tema "Actos de misericordia". La limitación de tamaño impuesta por la Royal Academy resultó excesiva y acabo comprando la obra Thomas Combe, uno de los principales clientes de los Prerrafaelitas.
El cuadro de Hunt muestra muchas referencias simbólicas, la postura del misionero recuerda la de Cristo descendiendo de la cruz y las jóvenes que lo cuidan llevan una rama de espino y una esponja, que igualmente salen en la Pasión. El cuenco de agua de la izquierda simboliza el rito del bautismo. Detrás dos niños exprimen uvas en un vaso, referencia a la Eucaristía. Al fondo de la choza hay un altar compuesto por una cruz pintada y una lámpara colgante.



jueves, 10 de febrero de 2011

William Lindsay Windus (1822-1907)

Esta tela representa una escena al aire libre. La estética es prerrafaelista. Los personajes van elegantemente vestidos. Enseguida se ve que algún asunto misterioso se cierne en el ambiente. Lindsay Windus pone a sus personajes en un jardín silvestre de un amigo suyo, al fondo se divisan las colinas de Gales. La gran profundidad que ofrece la composición no resta protagonismo a la escena representada en primer plano. Está inspirada en un poema de Aldred Tennyson titulado “No vengas cuando muera”. La obra muestra a una mujer de aspecto moribundo y frágil, destrozada por el amor, el regreso tardío del amante que cubre su rostro con el brazo como señal de lástima y quizá de remordimientos por su tardanza y engaño. Los deseos insatisfechos de la mujer de compartir tiempo con su amante se han desvanecido, ya tan solo le queda la enfermedad y la liberación por medio de la muerte.




Demasiado tarde (Too late) 1858

No vengas cuando cuando muera
Come not when I am dead, Lord Alfred Tennyson.


No vengas cuando esté muerto
a derramar inocentes lágrimas sobre mi tumba,
a pisotear alrededor de mi cabeza caída.

Atormentar el infame polvo no nos salvará;
deja que el viento me acaricie y que las aves me lloren,
Pero tú, aléjate.

Niña, si esto fuera un error o un crímen,
poco me importa, siendo mi existencia maldita:
Enlaza tu mano con quien desees,
pues cansado estoy del Tiempo,
y mi único anhelo es descansar.

Pasa, corazón débil,
y abandona este lecho de tierra.
Aléjate, no retornes jamás.

viernes, 28 de enero de 2011

The Lady of Shalott


Video propio.

I

A ambos lados del río se despliegan
sembrados de cebada y de centeno
que visten la meseta y el cielo tocan;
y corre junto al campo la calzada
que va hasta Camelot la de las torres;
y va la gente en idas y venidas,
donde los lirios crecen contemplando,
en torno de la isla de allí abajo,
la isla de Shalott.

El sauce palidece, tiembla el álamo,
cae en sombras la brisa, y se estremece
en esa ola que corre sin cesar
a orillas de la isla por el río
que fluye descendiendo a Camelot.
Cuatro muros y cuatro torres grises
dominan un lugar lleno de flores,
y en la isla silenciosa vive oculta
la Dama de Shalott.

Junto al margen velado por los sauces
deslízanse tiradas las gabarras
por morosos caballos. Sin saludos,
pasa como volando la falúa,
con su vela de seda a Camelot:
mas, ¿ quién la ha visto hacer un ademán
o la ha visto asomada a la ventana?
¿O es que es conocida en todo el reino,
la Dama de Shalott?

Sólo al amanecer, los segadores
que siegan las espigas de cebada
escuchan la canción que trae el eco
del río que serpea, transparente,
y que va a Camelot la de las torres.
Y con la luna, el segador cansado,
que apila las gavillas en la tierra,
susurra al escucharla: «Ésa es el hada,
la Dama de Shalott».


II

Allí está ella, que teje noche y día
una mágica tela de colores.
Ha escuchado un susurro que le anuncia
que alguna horrible maldición le aguarda
si mira en dirección a Camelot.
No sabe qué será el encantamiento,
y así sigue tejiendo sin parar,
y ya sólo de eso se preocupa
la Dama de Shalott.

Y moviéndose en un límpido espejo
que está delante de ella todo el año,
se aparecen del mundo las tinieblas.
Allí ve la cercana carretera
que abajo serpea hasta Camelot:
allí gira del río el remolino,
y allí los más cerriles aldeanos
y las capas encarnadas de las mozas
pasan junto a Shalott.

A veces, un tropel de damiselas,
un abad tendido en almohadones,
un zagal con el pelo ensortijado,
o un paje con vestido carmesí
van hacia Camelot la de las torres.
Y alguna vez, en el azul espejo,
cabalgan dos a dos los caballeros:
no tiene caballero que la sirva
la Dama de Shalott.

Pero aún ella goza cuando teje
las mágicas visiones del espejo:
a menudo en las noches silenciosas
un funeral con velas y penachos
con su música iba a Camelot;
o cuando estaba la luna en el cielo
venían dos amantes ya casados.
«Harta estoy de tinieblas», se decía
la Dama de Shalott.


III

A un tiro de flecha de su alero
cabalgaba él en medio de las mieses:
venía el sol brillando entre las hojas,
llameando en las broncíneas grebas
del audaz y valiente Lanzarote.
Un cruzado por siempre de rodillas
ante una dama fulgía en su escudo
por los remotos campos amarillos
cercanos a Shalott.

Lucía libre la enjoyada brida
como un ramal de estrellas que se ve
prendido de la áurea galaxia.
Sonaban los alegres cascabeles
mientras él cabalgaba a Camelot:
y de su heráldica trena colgaba
un potente clarín todo de plata;
tintineaba, al trote, su armadura
muy cerca de Shalott.

Bajo el azul del cielo despejado
su silla tan lujosa refulgía
el yelmo y la alta pluma sobre el yelmo
como una sola llama ardían juntos
mientras él cabalgaba a Camelot.
Tal sucede en la noche purpúrea
bajo constelaciones luminosas,
un barbado meteoro se aproxima
a la quieta Shalott.

Su clara frente al sol resplandecía,
montado en su corcel de hermosos cascos;
pendían de debajo de su yelmo
sus bucles que eran negros cual tizones
mientras él cabalgaba a Camelot.
Al pasar por la orilla y junto al río
brillaba en el espejo de cristal.
«Tiroliro», por la margen del río
cantaba Lanzarote.

Ella dejó el paño, dejó el telar,
a través de la estancia dio tres pasos,
vio que su lirio de agua florecía,
contempló el yelmo y contempló la pluma,
dirigió su mirada a Camelot.
Salió volando el hilo por los aires,
de lado a lado se quebró el espejo.
«Es ésta ya la maldición», gritó
la Dama de Shalott.


IV

Al soplo huracanado del levante,
los bosques sin color languidecían;
las aguas lamentábanse en la orilla;
con un cielo plomizo y bajo, estaba
lloviendo en Camelot la de las torres.
Ella descendió y encontró una barca
bajo un sauce flotando entre las aguas,
y en torno de la proa dejó escrito
La Dama de Shalott.

Y a través de la niebla, río abajo,
cual temerario vidente en un trance
que ve todos sus propios infortunios,
vidriada la expresión de su semblante,
dirigió su mirada a Camelot.
Y luego, a la caída de la tarde,
retiró la cadena y se tendió;
muy lejos la arrastró el ancho caudal,
la Dama de Shalott.

Echada, toda de un níveo blanco
que flotaba a los lados libremente
—leves hojas cayendo sobre ella—,
a través de los ruidos de la noche
fue deslizándose hasta Camelot.
Y en tanto que la barca serpeaba
entre cerros de sauces y sembrados,
cantar la oyeron su canción postrera,
la Dama de Shalott.

Oyeron un himno doliente y sacro
cantado en alto, cantado quedamente,
hasta que se heló su sangre despacio
y sus ojos se nublaron del todo
vueltos a Camelot la de las torres.
Cuando llegaba ya con la corriente
a la primera casa junto al agua,
cantando su canción, ella murió,
la Dama de Shalott.

Por debajo de torres y balcones,
junto a muros de calles y jardines,
su forma resplandeciente flotaba,
su mortal palidez entre las casas,
ya silenciosamente en Camelot.
Viniendo de los muelles se acercaron
caballero y burgués, señor y dama,
y su nombre leyeron en la proa,
La Dama de Shalott.

¿Quién es ésta? ¿Y qué es lo que hace aquí?
Y en el cercano palacio encendido
se extinguió la alegría cortesana,
y llenos de temor se santiguaron
en Camelot los caballeros todos.
Pero quedó pensativo Lanzarote;
luego dijo: «Tiene un hermoso rostro;
que Dios se apiade de ella, en su clemencia,
la Dama de Shalott».

Alfred Tennyson

martes, 25 de enero de 2011

Dante Gabriel Rossetti como modelo

Varios cuadros de los que formaron la Hermandad Prerrafaelita pueden apreciarse compñaeros haciendo de modelos. En esta ocasión son tres en los que se puede ver a Rossetti posando, para William Holman Hunt, Walter Howell Deverell y Ford Madox Brown. En la obra de Dewerell también está Elizabeth Siddal.





William Holman Hunt



Walter Howell Deverell




Ford Madox Brown